martes, 24 de abril de 2018

AGORA21-CABALLITO - EDICION IMPRESA NUMERO 21 (2da. EPOCA)

RECORDAMOS: Esta edición -NUMERO 21, se puede retirar de forma gratuita -principalmente y de forma excluyente- en el bar EL COLECCIONISTA ( Av. Rivadavia 4929), en la tradicional FERIA DE FILATELIA Y NUMISMATICA "DEL OMBU" DE PARQUE RIVADAVIA (en Av. Rivadavia al 4900 - solamente los domingos de 9 a 14:00 hs.), en los puestos de la FERIA DE LIBROS DE PLAZA PRIMERA JUNTA  (Av. Rivadavia 5430), entre otros lugares que ya conocen los seguidores de este medio "aportador" de cultura y conocimientos.

domingo, 1 de abril de 2018

GUERRA DE MALVINAS: PENA, OLVIDO, FRUSTRACION Y UNA HERIDA QUE NO CIERRA




Lo que recordamos hoy y que habitualmente llamamos "GUERRA DE MALVINAS" sigue siendo un nudo de penas, olvidos, frustraciones, y una herida colectiva que no cierra. Es uno de los mayores ejemplos del mayor mal de nosotros los argentinos: la irresponsabilidad ante lo real. El no saber medir las consecuencias y reconocer que las heridas colectivas de "los errores" jamás cierran

RECORDEMOS ENTONCES: El 2 de abril de 1982, tropas argentinas desembarcaron en las islas Malvinas con el fin de recuperar la soberanía que en 1833 había sido arrebatada por fuerzas armadas de Gran Bretaña. A pocos días del desembarco y toma de las islas por parte de la tripulación argentina, la entonces primera ministra de Inglaterra, Margaret Tatcher, envió una fuerte dotación de militares ingleses para dar respuesta y desplazar a la milicia argentina. El conflicto bélico resultó ineludible. Si bien fue corto, duró alrededor de dos meses y medio, tuvo resultados contundentemente trágicos: 649 bajas argentinas y más de 500 suicidios motivados por secuelas y traumas de posguerra.

Bajo un cielo despejado, una emocionante y respetuosa ceremonia vivieron hace poco -en el cementerio de Darwin-, unos 214 familiares de 90 soldados muertos en la guerra de Malvinas que lograron ser identificados recién el año pasado, tras un minucioso trabajo forense, 35 años después del conflicto bélico.Madres y padres, hijos, hermanos y sobrinos pudieron por primera vez abrazar, llorar, rezar o simplemente permanecer en silencio ante la tumba de su ser querido con las placas de granito negro que llevan su nombre y apellido, y que reemplazaron a las que tenían la leyenda "Soldado argentino solo conocido por Dios".

Estas fotos, que nos impresionaron, las enviaron amigos y familiares de combatienes. Son un ejemplo "imaginario" que nos recuerda que los "verdaderos dolores" se sufren en silencio..., callada y respetuosamente..., como decían las abuelas de antes.