miércoles, 10 de noviembre de 2021

LA TEMATICA DEL"INDIVIDUO Y LA SOCIEDAD" (1)

 

La triste ilusión del equilibrio de convivencia.

¿Cómo se puede mantener un equilibrio de convivencia con gente cuyas actitudes son lo contrario a cualquier comportamiento de convivencia? Por lógica una imposibilidad desde la raíz del mismo planteo. Y lo que llama aun más la atención: ¿Cómo se llego a siguiente comportamiento negativo? 

Resulta que cada vez, más profundamente en este mundo de tecnologías de “ciencia-ficción”, de “ilusorias utopías”, son cada vez más difíciles las relaciones interpersonales sinceras…, al menos eso: autenticas.

Así, desde lo básico, desde las relaciones básicas de la especie, al conjunto de una sociedad tecnificada y globalizada, se acumulan las contradicciones vitales que sólo producen enfermedades físicas y psicológicas graves.  Es decir: con todo para serlo es imposible ser feliz. (Entendiendo esa “felicidad”, como un estado de cierto equilibrio con mas momentos de bienestar que de los habituales de malestar). Recordando que en “la vida real” –lo circunstancial del transcurrir vital de la naturaleza- todo es temporal y entropico. En este sentido, como es fácil darse cuenta, la evolución social en la especie humana, no ha logrado ningún tipo de equilibrio. Su historia pasada y presente lo demuestra claramente. La no existencia de un “equilibrio de convivencia”, no existe. El núcleo básico de formación de esa capacidad –el instinto gregario-, se ha anulado totalmente. La “familia tribal” ha desaparecido hasta del recuerdo. En las relaciones primarias –de pareja conviviente, por ejemplo-, va desapareciendo a ritmo acelerado en un mundo donde es mejor “amar” a un artilugio  mecánico/tecnológico, que a otro ser complejo y tan “real” como uno mismo.

Algunos “intelectualizan” estas temáticas de decadencia de los potenciales de una especie única. En el presente histórico y desde hace siglos, se antagonizan los sistemas socio-políticos. Pero como siguiendo un “extraño mandato” se demoniza a uno y a otro. Lo cual es una verdadera estupidez. Los mencionados “sistemas” solo son esquemas de convivencia. Ni malos ni buenos. Solo las exageradas desviaciones humanas (con sus enfermizas exageraciones). Los convierten en el mortal enemigo de ese “equilibrio de convivencia”, como herramienta de supervivencia de la especie. Solo la desmedida avaricia de unos pocos es capaz de desequilibrar a una mayoría de humanos que no pueden ni acceder a la esperanza de un futuro equivalente a su evolución social.