Aniversario número 224 del "paso a la inmortalidad" de Don Jose de San Martin, de hombre común a libertador de pueblos oprimidos.
¿Que podemos decir -en el "aquí y ahora"- de quien es considerado El Padre de nuestra Patria? ¿Que no hubiera sido dicho con anterioridad? sin embargo, digan lo que digan, aun hay mucho que decir y bastante para reflexionar.
En su contexto temporal -entre el 25 de febreo de 1778 t el 17 de agosto de 1850-, vivió una vida llena de circunstancias que de una forma y otra lo llevaron a que su destino fuera bastante diferente a de los demas. Sabemos que fue un Libertador (...de medio continente...); militar de profesión (...cosa común en su época para no caer en lo más bajo de la clasista sociedad de su tiempo...); pero también, a pesar de las comunes tentaciones, un hombre honorable que hizo un culto de la etica y de los principios morales que debían cultivarse en los nuevos pueblos sudamericanos recien liberados del yugo esclavizante de los apropiadores de lo ajeno, de siempre.
No porque él mismo fuera moralmente perfecto, sino porque era necesario diferenciarnos del Imperio; ser, en difinitiva, lo bastante sólidos como criollos de este continente y capaces de demostrar "algo más" que la brutalidad y el ingenio de haberlos vencido en el campo de batalla; y en este terreno, como veremos, en es donde "aquel nombre", destaca por la simpleza y efectividad de sus palabras y de su accionar.
No hubo muchos de estos "hijos criollos", de nacidos en el continente sudamericano, que fueran como él mismo lo fue y cómo se esforzó en ser: "serás lo que debas ser o no serás nada...".
Ahora, como en aquel tiempo, habría que valorar sus puntos de vista -producto seguramente de arduas y vigilantes reflexiones-, porque todos estos hombres, aparte de accionar en su propio momento, también se proyectaban mentalmente hacia el futuro. Sabían muy bien que el apetito voraz de "las Metrópolis", volverían una y otra vez detrás de ésta o cualquier presa que se mostrara debilitada o incapaz de defenderseo hacerse respetar. Algo que, como sabemos, no sucede en estos tiempos actuales de confusos momentos del "salvese quien pueda".
Don José de San Martín, a quien se recuerda y homenajea con un feriado nacional, que la muchos aprovechan para vacacionar, fue un "Liberador de pueblos oprimidos", que dedicó su vida y su talento militar para hacer posible una hazaña que sólo se puede valorizar desde el conocimiento. Fue el único que sobrevivió -entre los libertadores-, cuando éstos dejaron de ser necesarios y los paises recién formados trataban de volver a negociar con los vencidos, sin darse cuenta de que sus posibilidades eran mínimas.
Figuras como la de Mariano Moreno, de Manuel Belgrano, y de un puñado más de verdaderos patriotas, sólo servirían como símbolos estatuarios, coloridas estampillas o desvalorizados billetes...; nunca jamás como verdaderos próceres: hombres que representaron a todos aquellos criollos que se sacrificaron -con ignorancia y valentía-, por ideales que deberían ser venerados por sus descendientes. Hoy, sus ideas han desaparecido del ideario público y político. No son más que curiosidades de intelectuales historicistas.
Sus vidas, sus actos más que notables, sus ideas sobre el futuro; han sido vaciadas de contenido político. Sólo concitan la mínima atención de todos aquellos que aún repiten: ¡Ellos sí que fueron los Padres de la Patria!
De todas formas debemos sentirnos convocados a conmemorar este Día Sanmartiano, con respeto y en la tradición de ser al menos argentinos respetuosos de nuestra deuda con uno de los próceres mas destacados de aquel comienzo de un proceso liberador, que al menos, nos dieron la independencia y la posibilidad de tener una identidad y una pertenencia.
