viernes, 31 de diciembre de 2021

¡ADIOS 2021! - ¿Hacia un fin de año catástrofe?

 

Estamos ante un organismo misterioso e invisible, cuya fría determinación – ancestral y biológicamente casi perfecta- , es destruir para su propia replicación y supervivencia al huésped que le resulta más apto. En este caso, ese intermediario, somos nosotros.

Ahora, en estas últimas semanas del 2021, todo el mundo está asustado. Al borde de un ataque de pánico o sumergidos en la angustia. Los datos referenciales, emitidos desde los organismos oficiales y/o los “medios de comunicación”, son fluidos. A veces parecen “lógicos”, mientras que otras son realmente insensatas e incluso suenan a una desmesurada irracionalidad, que encuentra el combustible necesario para inflamar el erróneo  “sentido común” (el menos abundante de los sentidos), de la “masa” indiferenciada de nuestra sociedad globalizada y voraz.

Además, con cautela, suena la cantinela del cambio climático. También a “los irresponsables sociales”, que según el bando acusador, tiene tales o cuales características. Está claro que desde siempre lo más fácil es echarle la culpa “al otro” y nunca aceptar la propia en el asunto. No somos capaces de admitir con coraje que los responsables de esta situación –de pánico y angustia-, somos nosotros mismos. Nuestra actitud y lo permisivo –egoísta y cobarde-, solo conducen a una destructiva egolatría como el sendero más directo al abismo. Un camino empedrado de enfermizos egoísmos, de enfoques erróneos, extremadamente peligrosos para una sociedad basada en la fragilidad de desentendimiento y la intolerancia.

Desde este punto de vista, en nuestra sincera opinión, despedimos este año. El segundo de una pandemia que nunca dejo de estar presente y que en estos momentos se agrava acotando cada una de nuestras opciones a su mínima expresión.

Este momento, aquí y en el mundo es crucial. No para ejercer la irresponsabilidad sino lo contrario. Algo que concretamente parece como pedirle “peras al olmo”.


El “Ser” generoso, espiritualmente pleno, caracterizado por Sócrates, Diógenes, Jesús de Nazaret, San Francisco de Asís…, el que trata de ser una buena persona…, es aquel que no piensa en sí mismo, sino quine incluye responsablemente a los demás. En esta pandemia –contradictoria y concluyente-, “nadie se salva solo”, usando una frase hecha. La práctica de esta glotonería egocéntrica es la principal característica de este año que concluye. Sus consecuencias se verán a corto y largo plazo. Nadie sabe que pasara si nuestros congéneres y nosotros mismos persistimos en esta actitud autodestructiva.