viernes, 20 de julio de 2018

42 AÑOS DE LA ASOCIACION AMIGOS DEL TRANVIA DE CABALLITO


"Los Amigos del Tranvía cumplimos 42 años y para celebrarlo estamos organizando junto con varias entidades de coleccionistas de vehículos antiguos una mega muestra que tendrá lugar el DOMINGO 22 de JULIO en la cuadra de Av. Directorio al 1100, entre Emilio Mitre y Hortiguera del barrio de Caballito (C.A.B.A.). La Expo comenzará a las 14 hs, y a las 15 hs se iniciará el servicio tranviario con varios coches de nuestra flota colección circulando simultáneamente. Los automóviles antiguos permanecerán en exposición hasta las 18 hs. y a las 19.30 hs. finalizará el Servicio Tranviario. ¡Todo con Entrada Libre y Gratuita! ¡Te esperamos para vivir un domingo a toda emoción!" 
Por tratarse de una de las más valiosas instituciones del barrio, la gente del Mercado del Progreso (Rivadavia 5430 - CABA), estará presente como auspiciante en un evento que pinta para quedar grabado en el recuerdo de quienes participen.

Cronograma del festejo:

14.00 hs – Apertura de la Muestra en Polvorín
16.00 hs – Comienza el Servicio Tranviario
18.00 hs – Cierre de la muestra en Polvorín
19.30 hs. – Finalización del Servicio Tranviario.

¡TODO GRATIS!

lunes, 9 de julio de 2018

REFLEXION: 9 DE JULIO DE 1816 EN 2018 - "DIA DE LA INDEPENDENCIA"



9 de julio de 1816, casa de Francisca Bazán de Laguna, en el Tucumán: Aquel día que se supone soleado, los congresales enviados desde las distintas fundaciones del Virreynato (en ese momento del Río de la Plata), se reunen desde temprano en el único solar que les había sido prestado para perpetrar un acto subversivo: Declarar la Independencia de estos territorios de la América del Sud. El clima no debió ser ameno y mucho menos de jolgorio o que se prestara a la vana ilusión de las emociones fáciles. Tenían que votar, nada más y nada menos que aquel mandato criollo de que se enfrentaría a un poderoso enemigo para luchar por la emancipación o morir en el intento.

Más tarde el diputado sanjuanino Francisco Narciso de Laprida preguntaría: "¿Queréis que las Provincias de la Unión sean una Nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli?". Todos los diputados contestaron afirmativamente. 
De inmediato, se labró el Acta de la Emancipación.

Hoy aquel 9 de Julio evoca la jornada en que un grupo de representantes de las Provincias Unidas confirmó en una declaración su intención de poner fin a siglos de dominio colonial español. La declaración de la independencia fue un acto soberano y colectivo. El histórico Congreso de Tucumán reunió a 28 diputados, que sesionaron y debatieron día a día durante muchos meses para proyectar una nueva nación. Allí se trazaron los primeros lineamientos de lo que luego sería la Argentina. Después de la Declaración del 9 de julio de 1816, complementada días más tarde, donde la Argentina aparece con un nuevo estatus frente al mundo como una nación libre de la metrópoli, pero también de toda dominación extranjera.

Entendemos que aquellos hombres y todos los que más tarde lucharían y sacrificarían su presente lo habían pensando en las generaciones futuras..., las encargadas de engrandecer su obra..., las encargadas de mantener vigentes la tradición de su sacrificio..., los responsables de cumplir con su responsabilidad como argentinos..., los que hoy conducen los  destinos del país..., los que deben estar a la altura de la circustancia. Las conclusiones sobre el ayer y el presente son de cada uno. El asumir la responsabilidad que ha cada uno le compente también. El futuro, siempre presente, y las generaciones venideras han de juzgar nuestros actos tanto de responsabilidad patriótica, como aquellos más habituales ahora de cobardía ciudadana.

domingo, 8 de julio de 2018

LA MUJER SIMIO DE SINALOA - DE LA ENFERMEDAD A UNA TRAGICA FAMA MEDIATICA



Una curiosidad aterradora en los modos de apartarse de lo real y buscar "fama y figuración", se representa crudamente en el caso de esta mujer mexicana que ambicionó -desde su morbo enfermizo-, hacer aceptable lo que parecÍa una aberración de la naturaleza. Como era previsible todo terminó trágicamente, dejando una historia, que por su dolorosa crueldad es interesante tener en cuenta. Se trata de la historia de Julia Pastrana, una mujer mexicana que vivió en el siglo XIX, y fue víctima de una terrible enfermedad la cual llenó su vida de experiencias inexplicables, insatisfactorias, tristes y desoladoras, a consecuencia de su insólito y peculiar aspecto físico, parecido al de un simio.  


¿Un híbrido demoníaco o simplemente una 
humana víctima de una enfermedad? 

(ESTOS DATOS HISTORICOS Y BIOGRAFICOS HAN SIDO TOMADOS DE: 
http://culturizando.com/la-realidad-tras-una-terrible-vida-julia-pastrana-la-mujer-simio/ ).

Julia nació en el mes de julio del año 1834 en el estado mexicano de Sinaloa, bajo el seno de una tribu de indígenas pertenecientes a esta zona. Cuando pensamos en las condiciones en las que ella nació y se crió pues fácilmente podemos deducir que no tendría una vida muy interesante o alejada de su tribu de origen, puesto que esto es lo que pasa en la gran mayoría de las personas que nacen bajo ese contexto, sin embargo... este no es para nada el caso de Pastrana, ya que probablemente ni ella misma se imaginaría todo lo que iba a ocurrir a lo largo de su vida.

Desde que era muy pequeña, sus atributos -o defectos- eran fuertemente notables, por lo que su madre siempre decidió esconderla tanto como pudiese de los ojos curiosos que querían observarla... Julia fue creciendo y sus características cada vez se intensificaban más y más: su cuerpo totalmente cubierto de un grueso y oscuro vello, sus facciones simiescas, grotescas y desproporcionales que le daban a su rostro un aspecto protuberante se juntaban a sus dientes irregulares y formados en hileras dobles. Además, sus orejas y nariz inusualmente grandes contrastaban fuertemente con su escasa altura de tan solo 1,37 centímetros... 

Ella era simplemente vista como algo diferente, inaceptable y hasta condenable, hasta el punto de ser considerada como un híbrido, sinónimo de pecado y producto de una relación zoofílica, entre una humana y un orangután. A pesar de todos estos argumentos, lo que realmente sucedía con Julia es que esta padecía de hipertricosis, nada más...

En resumen, así transcurrió su vida hasta aproximadamente los 20 años de edad. Para esa fecha, Julia trabajaba como sirvienta en la casa del entonces gobernador de Sinaloa, Pedro Sánchez. En ese lugar aprendió a leer, escribir y poco a poco descubrió otros talentos que se encontraban escondidos debajo de esa gran capa de pelo y de sus rasgos ensordecedores. Además de su aspecto, ella tenía un gran talento innato para cantar y para danzar, características que impulsaron al gobernador a realizar una hazaña para obtener dinero a costas de esta joven mujer... 

En algún punto de este momento, al gobernador se le ocurrió la idea de “vender” a Julia al administrador de la aduana marítima de Sinaloa, Francisco Sepúlveda, quien vio en ella una mina de oro; queriendo convertirla en una atracción de circo. (Ella aceptó tentada por aquello de la "fama y figuración" en la que suele caer algunas personas). Efectivamente, esto ocurrió así durante un tiempo y Julia Pastrana fue viajando por distintos lugares de México exhibiendo 
principalmente su aspecto físico, sin embargo, cuando Francisco Sepúlveda quiso llevarla a Estados Unidos contrató a un traductor ya que él no sabía inglés; el empleado se llamaba Theodore Lent y resultó ser más vivo y buen negociante que el mismísimo Sepúlveda. Un ''amorío'' que la llevaría a su peor tormentoTheodore comenzó a cortejar a Julia y a los pocos días se casaron. Lo que convertía a Lent en el nuevo “dueño” de esta peculiar mujer, a quien desde hace tiempo atrás venían tratando como un simple objeto. 

Julia comenzó a ser una atracción cirquera, su apariencia física en conjunto con sus demás talentos, eran una impresionante fuente de ingresos, tanto así que pronto Lent y ella se fueron de gira por Europa. A veces, Julia era presentada como una salvaje, pero sorprendía con su prodigiosa voz, tenía timbre mezzosoprano y cantaba ópera. Además, también bailaba de una manera admirable y hasta sabía hacer alguna que otra acrobacia montando a caballo. 

El morbo que se había generado por ver a esta ''indescriptible mujer simio'' era tanto que cuando Julia se embarazó, a sus 26 años, su esposo vio una nueva oportunidad para generar enormes ganancias y se ideó vender carísimos boletos para asistir al parto. Y para su suerte -y la de sus ingresos-, el hijo de Julia nació con las mismas condiciones que ella. 

A pesar de esto, el pequeño solo vivió poco más de dos días, y horas después Julia también falleció, descansando por fin de todas estas atrocidades que sufrió a consecuencia e la avaricia de quienes la rodearon. O... ¿realmente todavía no era su tiempo para descansar en paz? 

Los actos de Theodore en torno a Julia no terminaron allí, a pesar de que ella acababa de morir con su hijo. Buscando obtener más ingresos a como diese lugar, optó por vender los cuerpos al doctor Sokolov de la Universidad de Moscú, quien los embalsamó y los mostró al público. Sin embargo, viendo más oportunidades conservando él mismo los cuerpos, Lent se arrepintió del trato y con su acta de matrimonio los reclamó. Otra vez con ellos en su poder, siguió dando presentaciones o los rentaba a otros circos, museos o cualquier evento que le pudiera dar dinero. 

De manera increíble, Lent encontró una mujer con características muy similares a las de Julia, en un circo ubicado en Suecia, por lo que sin dejar pasar la oportunidad se casó con ella y la nombró: Zeodora Pastrana “la hermana perdida”. Pero en esta ocasión, esta mujer sí logró sobrevivir a Lent, quien murió después de haber pasado un tiempo en un hospital psiquiátrico. 

Zeodora heredó los derechos para poseer los cuerpos embalsamados, los vendió y madre e hijo anduvieron por años de dueño en dueño, de circo en circo, hasta que finalmente fueron olvidados y deteriorados. En 1990 se supo que el cuerpo de Julia Pastrana se encontraba en el Instituto de Medicina Forense de Oslo, en Noruega. En febrero del año 2013, después de 153 años de su muerte, Julia Pastrana regresó a Sinaloa, donde se le dio sepultura junto a su hijo en la Iglesia de los Santos Apóstoles Felipe y Santiago.