Importancia del periodismo local
NOTA DEL EDITOR: Nos resultó de interés publicar este artículo, dado que los conceptos expresados en el mismo, puede prestarse al sano derecho de
polemizar. De polemizar con ideas -cómo se debe-, y no con la prepotencia que oscurece el libre intercambio de pensamientos que alumbran el entendimiento de los temas no comprensibles. Es así que invitamos a todos aquellos que se sientan interesados a este intercambio, a enviarnos sus propios “puntos de vista” a nuestro correo: prensadecaballito@gmail.com
Los mismos serán enviados al autor de este texto para iniciar un posible debate sobre un tema especial, el de la “libertad de prensa” y la jerarquización de los medios locales. (© Agora21).
Ahora que, con motivos de la nueva Ley de Medios, el tema de la mal llamada libertad de prensa está en el tapete (...) y aquí nos referirnos a la importancia de la prensa local, especialmente la periódica.
Decimos mal cuando hablamos de “libertad de prensa” por que la libertad es una e indivisible y está formada por el conjunto de derechos relativos a la persona humana, entre los cuales está el derecho a emitir ideas por la prensa. La prensa es sólo un instrumento o herramienta, como lo es un cuchillo o una llave inglesa, y no es sujeto de derechos.
La cuestión tiene dos puntos de mira: 1. el de las empresas y 2. el de los periodistas.
1. La mal llamada libertad de prensa de la empresa es, en rigor de verdad, libertad de empresa, que es de raíz económica. La ejercen en función de su poder y de sus intereses económicos. Hasta podría decirse que entendida como el derecho-obligación a decir la verdad, ésta normalmente está en razón inversa del poder económico de quien edita. A mayor poder económico menor es el ejercicio del derecho-obligación a decir la verdad.
2. El de los periodistas, desde el cual la mal llamada libertad de prensa es una aspiración prácticamente inalcanzable. ¿Por qué? Porque el periodista es un trabajador en relación de dependencia con la empresa editorial lo que hace que su derecho a emitir sus ideas por la prensa esté limitado a que coincida con la voluntad omnímoda de la empresa que lo contrata.
Distinta es la apreciación de la cuestión si la miramos desde la prensa local, claro, siempre que los intereses periodísticos primen sobre los intereses económicos de la pequeña empresa, muchas veces unipersonal, y siempre hasta el límite en que el derecho a emitir sus ideas por la prensa no termine ahogando a la pequeña empresa y obligándola a cerrar.
La prensa grande o monopólica, no vive de la venta callejera, sino que vive de los avisos. La prensa unipersonal en alguna medida vive de la venta callejera. De ahí que el ciudadano lector debe desarrollar un espíritu critico agudo, que le permita analizar cada información y cada exposición para determinar cuál es el grado de verdad que expresan y cuáles pueden ser los intereses económicos que conllevan esa información o esa exposición.
Obsérvese que no hablamos de posiciones ideológicas sino de intereses económicos, esto es, de los intereses económicos que se mueven tras determinadas ideologías o posiciones ideológicas.
La prensa periódica local a pesar de ser más vulnerable a las dificultades económicas puede y suele contener un mayor grado, no de libertad de prensa, sino de derecho al pensamiento, que es el punto de partida del llamado derecho a emitir las ideas por la prensa y que es el primer derecho que hay que defender. Por eso la Gazeta de Buenos Ayres, fundada y dirigida por Mariano Moreno, epigrafiaba con la expresión de Tácito: Raros tiempos de felicidad aquellos en que se puede sentir lo que se quiere y decir lo que se siente.
Así como el registro de la historia está fundamentalmente en la prensa diaria, el registro de la historia regional y local se halla en la prensa regional y local. Por ello, en ambos casos, es muy importante su compromiso con la verdad. (V.O.G - 2011).
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