Un grupo de vecinos y el periódico AGORA21 / CABALLITO, decidieron izar la enseña patria en el mastil que adorna un sector de la plazoleta Primera Junta en las inmediaciones del Mercado del Progreso en Rivadavia y Centenera. La gente de este mercado, una institución perdurable del barrio -existe desde 1897- fueron los primeros en apoyar la iniciativa y Jorge Fernández (presidente del mercado), se mostró como uno de los más entusiastas. No hubo otros actos oficiales en el barrio. En este -breve y sencillo ya que naciía del corazón de cada uno de los presentes-se leyó el siguiente texto como una introducción al mismo:
El 27 de febrero de 1812 el general Manuel Belgrano, al frente del Regimiento Nº 1 de Patricios destinado en Rosario para prestar servicio en las baterías defensivas apostadas en las barrancas del Paraná tomó una decisión trascendental: "Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional" (Archivo General de la Nación. Manuel Belgrano al Gobierno Superior de las Provincias del Río de la Plata. Rosario, 27-II-1812). Poco tiempo antes (el 13 de febrero) había propuesto la utilización de una escarapela nacional celeste y blanca, para distinguirse de las tropas enemigas. El Triunvirato la autorizó como única para sus tropas aboliendo para siempre el uso de la escarapela encarnada, que era la utilizada por el ejército español.
Alentado por esta decisión del Triunvirato, Belgrano demostrando su temprana vocación independentista, izó por primera vez una bandera distinta a la que se usaba habitualmente hasta el momento en los distintos edificios públicos, como por ejemplo en el fuerte de Buenos Aires, que no era otra que la bandera española. De inmediato tomó juramento de fidelidad a los soldados a su cargo.
Faltaban más de cuatro años para la declaración formal de la Independencia y para que el mismo Congreso de Tucumán la aceptara oficialmente como símbolo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. En el ínterin ocurrieron muchas cosas, marchas y contramarchas, y triunfos y derrotas.
Diversos aspectos referidos a esa primera bandera son objeto de investigación y discusión por parte de los especialistas, por ejemplo el origen de los colores elegidos, si contaba con dos o tres franjas, si su disposición era vertical u horizontal, cuál fue el destino final de la misma, entre otros. De todas formas, lo que no se puede negar, es que al enarbolar por primera vez la enseña albiceleste Belgrano estaba realizando uno de los actos fundantes de nuestra nacionalidad. Su inteligencia, su formación, su fortuna y su vida misma fueron puestas al servicio del ideal libertador y su creación, nuestra enseña patria, constituye el venerado símbolo de la unidad nacional. Doscientos años más tarde es hora de que pensemos que debemos aferrarnos a él con el mismo fervor con el que lo defendieron nuestros aquellos hombres que hoy llamamos nuestros próceres.
Juan Bazán
por Agora21-Caballito
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