miércoles, 19 de enero de 2022

SEMANA DE EXTREMO CALOR: ¿CAOS Y OLA DE CONTAGIOS?

 

Al parecer se trata de un fenómeno aislado y extremo -lo que estamos pasando en los últimos días-, a tono con los actuales momentos y el conjunto de situaciones. Se han anunciado y se están registrando, siete días de temperaturas muy altas, que nada tienen que ver con los naturales calores veraniegos. ¿Cambio climático en acción? ¿Quién puede afirmarlo?, Suponemos que nadie, porque nadie puede dar una respuesta científicamente concreta, solo las recomendaciones conocidas para los grupos de riesgo habituales: los recién nacidos, los niños con enfermedades preexistentes, los mayores de 65 años; todas las personas con patologías crónicas; etc. Y además, a esta larga verbigracia, se suman todos los afectados por del COVID-19. Aquellos que vacunados con las tres dosis incluidas, tienen que sufrir los daños colaterales de siete días seguidos de calor fuera de lo normal. 

El peligro de la suba de contagios y lo que producen las altas temperaturas, son la agenda de cada uno de nosotros. El no aislamiento preventivo, sumado a los irresponsables habituales, que sin barbijos caminan por la calle y los negocios, convierten esta situación “Colapsada”, en una verdadera pesadilla. 

Es como si lo que sucede se viera como realmente es: con una humanidad –un increíble conjunto de personas-, comportándose como enloquecida manada atacada por la irracionalidad despiadada de un nefasto deseo de autodestrucción, sumergida en una búsqueda frenética de una “supuesta normalidad”, que nunca existió; y que, de haber existido, ya nunca ha de volver como nuestra la historia con respecto a cada uno de los eventos catastróficos que le toco en suerte vivir al conjunto de la población humana sobre este planeta. A esta tierra, castigada por la soberbia de una especie que cree estar por encima de las leyes de la naturaleza. Que ha expoliado, incluso sin necesidad, recursos invalorables e irremplazables en beneficio de unos pocos que con egoísmo, suprimen aquello que debería ser de todos, a su apetito insaciable. Porque no debemos confundirnos, aquello que los dirigentes declaman, que los medios de propaganda difunden, solo es el miedo de los menos en contra de las necesidades de las masas pobres y humilladas. Todo este “peligroso coctel”, solo sirve para hundirnos más y más en la miseria de la confusión y la angustia. También así percibimos como el clima social está tan loco como el clima natural. Y que todo se encarrila a un estado alterado en donde nada esta donde debería estar. El clima actual, no es una representación de una ficción. Es  solo la resultante de factores físicos reales. No son imaginarios, ni controlables por ninguna tecnología. Al igual epidemias y ahora las pandemias, que siempre cambiaron a las sociedades humanas, de forma que fueran las mismas que eran. Esta, que nos persigue en estos momentos, ha de transformarnos en vaya uno a saber qué cosa. 

Pero no importa. Seguimos sin reflexionar y mucho menos actuar con coherencia ya sea individual o colectiva. Detrás de nosotros, ruge el recuerdo ancestral de la vieja manada asustada por “la magia maligna” de espíritus imaginarios creados por la ignorancia. Lo que pasa es que en la realidad, ni siquiera hemos evolucionado. Pareciera que lo hicimos, pero no es verdad, solo algunas mentes han crecido lo suficiente para estar algo más arriba que nuestras comunes apetencias indignas en muchos sentidos. Pero bueno, aquí estamos, inmersos en una inexplicable ola de calor extremo. También en una ola de contagios imparable, por un virus que nadie sabe de dónde vino, ni de que se trata. Intentando sobrevivir y sumergidos en la negación. ¿Eso explica la supuesta superioridad de una especie que se cree en el vértice de la pirámide? ¡No!, lo que nos dice, lo que observamos; lo que nos dicen “otras miradas”, que parecen sinceras; ni siquiera alcanza para una actitud racional de supervivencia. Pero bueno, así son las cosas y no tienen remedio… 

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