Infografía del diario La Nación dónde se muestra
el esquema de la ocupación indebida del parque.
En el diario La Nación se denuncia que el Parque Centenario, de nuestro barrio, está prácticamente "tomado" por manteros y "otra gente" cuya "calaña" impide a los vecinos utilizar ese espacio público para los fines que fuera creado y mantenido... precisamente, con el esfuerzo y los dineros públicos, del vecino contribuyente. Con esto agregamos otro parque de Caballito, que es un jardín histórico, aunque ahora con la expropiación del espacio público con el visto bueno de los políticos, no lo parezca. El parque es un jardín histórico, aunque hoy no lo parezca. A esto lo saben muy bien los vecinos de Caballito, ya que es algo que sucede también en Parque Rivadavía, en Plaza Irlanda, en Plaza Primera Junta y en muchos otros lugares del barrio que se van pauperizando día a día a un ritmo alarmante que nadie parece enfrentar.
La periodísta Laura Rocha define el tema con este concepto: "Un jardín histórico, tomado por manteros. En el parque Centenario los tradicionales libreros fueron superados largamente en número por los vendedores de baratijas".
Algunos parrafos de la nota aparecida en la edición impresa del diario de hoy (viernes 24 de agosto de 2012) ...que los vecinos debieran leer y difundir..., dicen que: "Hace dos semanas fue declarado jardín histórico gracias a una iniciativa vecinal; sin embargo, está lejos de contar con la promoción y salvaguarda que ese estatus normativo debería asegurarle. Se trata del parque Centenario, uno de los rincones emblemáticos del barrio de Caballito, que los vecinos denuncian "está tomado".
Más adelante prosigue: "El ambiente que se vive es "pesado". Los artesanos tienen miedo de expresarse y sienten que les soltaron la mano. Ellos tienen permisos oficiales pero son blanco de amenazas y aprietes constantes. Ni siquiera quieren hablar con LA NACION y contar los problemas que sufren. "Es complicado el tema. Hay muchas mafias. Ya nos amenazaron a nosotros y a los delegados", balbucean. "Cualquier cosa que escribas nos puede perjudicar", agregaron. El número de artesanos se redujo. Sólo les quedó como
espacio un corredor en el que está el mástil del espacio verde.
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